PREMIO 2010 AL MÉRITO CULTURAL 9 D'OCTUBRE VILA DE CALP - DECLARADO BIEN DE INTERÉS CULTURAL (BIC)

PREMIO 2010 AL MÉRITO CULTURAL 9 D'OCTUBRE VILA DE CALP - DECLARADO BIEN DE INTERÉS CULTURAL (BIC) Nº 27.992

miércoles, 3 de agosto de 2011

El precio de construir una ciudad


























El título que reza en el post es el encabezamiento del artículo realizado por Rafa Burgos, periodista y columnista del Diario El Mundo, acerca de los hallazgos en la necrópolis de Ifach que fue publicado el pasado día 1 de Agosto. En él, se hace un repaso alrededor del hallazgo de la tumba múltiple de la necrópolis, sobre quienes eran los que allí se enterraban, pudiendo tratarse de los colonos que construyeron con su esfuerzo la pobla de Ifach a finales del siglo XIII.


Dice el artículo que es solo una posibilidad. Todo está aún pendiente de análisis más pormenorizados. Pero según Menéndez, los huesos pertenecen a «personas jóvenes, acostumbradas a los trabajos manuales o de carga y con malos hábitos de alimentación». Es decir, que podrían ser «algunos de los pobladores de Calp que fueron obligados a construir la Pobla de Ifach» por el señor feudal del peñón, el almirante Roger de Llúria. Los primeros indicios no permiten ceñirse a una sola teoría. Los cadáveres no están colocados con el orden habitual de las necrópolis medievales, lo que podría suponer que o bien proceden «de otras tumbas de las que se han sacado para dejar espacio» o bien «forman parte de la misma familia». Sin embargo, esta última posibilidad es remota.

Esta decena de restos humanos se suma a los que se han ido hallando en las campañas anteriores, si bien «es la fosa más grande». Hasta el momento, «se han registrado un total de 22 tumbas, con una población de individuos que supera la treintena», según los cálculos del arqueólogo. Los esqueletos de las ediciones anteriores sí han sido estudiados por las paleoantropólogas Consuelo Roca de Togores, Susana Gómez y Stefania Malagutti. Y los resultados podrían extrapolarse a los últimos hallazgos.


«La población existente en la necrópolis» de Ifach es «eminentemente masculina, con edades comprendidas entre los 17 y los 45 años», explica Menéndez. La complexión de los individuos enterrados «no es muy fuerte, en general» y tampoco se detectan «señales de violencia», con lo que se descarta que fueran guerreros. Los huesos presentan «procesos artríticos traumáticos, sobre todo en las extremidades», lo cual se corresponde con «heridas, fracturas y luxaciones ocurridas en vida». Y la caries está generalizada, debido a una «deficiente alimentación ligada a una dieta de carne, pescado y cereales».


Las expertas han detectado también «procesos inflamatorios en los huesos» que indican una erosión generada por un movimiento habitual que se origina en «una fuerte actividad física y artesanal». La rotura de fibras de los tendones también apunta hacia una población «rural y artesana» con una «elevada actividad» a lo largo de la vida.

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